top of page
Buscar
  • Foto del escritorJavier Pérez Espejel

Relaciones Nocivas (segunda parte)

Cómo les platicaba en la primera parte, las relaciones nocivas son aquellas en las cuales no podemos desarrollar ni manifestar completamente nuestra personalidad, nos generan un sentimiento de malestar o infelicidad y provocan deterioros en nuestra persona a niveles cognitivos, afectivos, sociales, etc.

Cuando nosotros dejamos de lado nuestros propios intereses, no externamos cosas que nos molestan, nos alejamos de amistades o familiares, nos sentimos culpables por no querer estar más tiempo con esa persona, las peleas son cada vez más constantes y es más el tiempo que pasamos hablando de nuestros problemas que viviendo tiempo de calidad, probablemente estamos en una relación nociva.

Si ya detectaste algunos de estos focos rojos, seguramente te estarás preguntando cómo salvar la relación o cómo salir de esta dinámica. El primer paso es identificar las propias conductas nocivas, analizar nuestras creencias respecto al amor y las relaciones y revisar nuestras expectativas sobre nuestra pareja, Es muy común que vivamos la relación desde la idealización, es decir, le atribuimos características a la otra persona que probablemente no son objetivas y sólo observamos los aspectos positivos del otro. Cuando nosotros hacemos este análisis personal entonces podemos comenzar a cambiar estas conductas y la dinámica será diferente.

Debemos observar qué responsabilidades le estamos depositando a la otra persona. Nuestra felicidad y bienestar es sólo responsabilidad de nosotros, depositar ese poder en alguien más es falta de amor propio. Para trabajar este elemento, debemos comenzar a retomar actividades que son de nuestro agrado y hemos abandonado o bien comenzar nuevas que siempre quisimos hacer. Debemos reconciliarnos con nuestra propia compañía y disfrutar el tiempo que pasamos a solas. Ir de compras, el cine e incluso una comida a solas son ejemplos de actividades que podemos realizar como muestras de amor propio.




De igual manera se deben retomar las metas personales, pues haciendo lo que nosotros amamos podemos identificar a las personas que van en sintonía con nosotros, no se trata solamente de incluir al otro en nuestros planes, sino que estos sean respetados y no se tenga que sacrificar nuestra visión y lo que esperamos para nosotros mismos. Como le digo a mis pacientes: los límites, más que para los otros, son para nosotros mismos. Es una forma de respetarnos.

Todo aquello que esperas que la otra persona te de, piensa si tú misma/o te lo puedes dar, pues la creencia de que el otro es quien nos debe dar y cumplir nuestros deseos, más que amor, es dependencia. No somos medias naranjas, somos personas completas que podemos decidir compartir su felicidad con alguien más. Como decía Gabriel García Márquez "Ni el amor es una jaula ni la libertad es estar solo. El amor es la libertad de volar acompañado. Es dejar ser, sin poseer".



69 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page